Thursday, December 31, 2009

La Francia Subterránea

Francia es conjuntamente con España uno de los países privilegiados para la practica de la espeleología. Posee grandes redes que surcan el subsuelo de los Pirineos y Alpes con algo más de 20.000 cavidades registradas y topografiadas, uno de los catálogos espeleológicos más completos de toda Europa, en los que cada año se descubren grandes redes subterráneas.

Francia es el país que más ha contribuido al conocimiento de las cavernas y a su difusión desde hace más de 100 años, mencionar a grandes exploradores como:

Louis Armand, nacido en Parache en 1854 y muerto en Le Rozier en 1922, guió en sus exploraciones a Martel, enriqueció la técnica de la fotografía espeleológica y plasmo su visión del mundo subterráneo en dos libros “Dauphiné souterraine” y “Rivière de la nuit”. Su coraje y audacia ha hecho de Louis Armand el primer guía espeleológico de la historia.

Norbert Casteret, quien en sus estudios sobre los murciélagos realiza importantes descubrimientos y revelaciones sobre estos mamíferos alados, descubridor de la famoso cueva helada de Casteret situada en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, escritor de una treintena de obras sobre mundo subterráneo, algunas obras maestras como “Dix ans sous terre”, “Au fond des gouffres” o “Mes cavernes” y titular de la Gran Medalla de Oro de la Academia de Deportes, en 1955 dirige la expedición a la Piedra de San Martín, en el transcurso de la cual lograrían batir el récord del mundo de profundidad.

Èduard Alfred Martel, nacido en Pontoise en 1859 y muerto en Montbrison en 1938. Agregado del tribunal de comercio de la Sena, Martel inicia y encamina su carrera de explorador subterráneo en 1888 en Bramabiau.

En el transcurso de sus campañas anuales de espeleología, entre 1888 y 1913, realiza el inventario de las cavidades de Causses, Alpes, Pirineos, explora las grutas del Caucaso, las “Katavothres de Grecia, las grutas de Baleares, los abismos de Gran Bretaña e Irlanda y las cavernas gigantes de Estados Unidos.

Sus hazañas se cuentan por cientos, entre las cuales el “movido” descenso al abismo de Rabanel y el Jean Nouveau inauguran el enfrentamiento con las grandes verticales, la de Gaping Gill famosa por su cascada interior con 110 metros de profundidad.

Gracias a las exploraciones de este geógrafo, una Francia ignorada, aquella del subsuelo comienza a revelarse mientras se abren al turismo deseoso de conocer el paisaje subterráneo, cavidades tan prestigiosas como Padirac, Aven Armand o Dargilan. Los trabajos teóricos de Martel revolucionaron los conceptos del mundo científico sobre la circulación de las aguas subterráneas, explicó la propagación de ciertas epidemias y expuso las medidas necesarias para la salvaguardia higiénica de las fuentes y surgencias. La ley promulgada en este sentido en 1902 por el Parlamento francés es conocida con el nombre de Martel. Esta acción le valió a Martel el titulo de Benefactor de la Humanidad.

Motor de un prestigioso equipo de exploradores, Martel fue el pionero en la exploración subterránea. Su pasión por el mundo subterráneo y su pluma plasmaron miles de artículos y una veintena libros, dos de los cuales “Les Abîsmes” de 1894 y “la France ignorèe” de 1930 son las referencias obligadas para cualquier espeleólogo.

En Francia la principal distinción y premio que corona una obra espeleológica se llama Martel.

Francia es beneficiaría de una magnífica armonía entre la geografía y las obras maestras naturales. El atormentado sótano de Francia se ve recorrido por decenas de kilómetros de galerías, pasillos y estancias que se ven invadidas y colonizadas por formaciones litogénicas que discurren por paredes, techos y suelos creando sugestivas figuras que crecen con el lento transcurrir de los años y con perpetuo y suave depósito del carbonato cálcico. La primera descripción del mundo subterráneo realizada por Martel tras la exploración de Bramabiau y sus inicios en la espeleología define ese paisaje “Bramabiau es una de esas obras grandiosas y extrañas que la naturaleza esculpe a golpes de siglo y que confunden el espíritu humano”.

Uno de los momentos de la historia en el inicio de la espeleología cuando el hombre sucumbía ante la tremenda curiosidad de los abismos fue expresado por Julio Verne como “ no hay nada más poderoso que la atracción de los abismos “. Sin duda en lo cierto, esa atracción es sentida por todos los miembros del grupo, en distinto grado y forma pero siempre en la búsqueda de que habrá más allá de esa estrechez o hasta donde llega el pozo. Transcribir uno de esos momentos ocurridos hace más de 100 años posee cierto paralelismo con cada momento que comienza la exploración de una cavidad.

El 18 de Septiembre de 1897, al final de la décima campaña de Martel, Louis Armand y su maestro se encuentran en el hotel Rascalou en la villa de Rozier.

Armand : He encontrado por casualidad, a través del Causse Mejean un agujero maestro. Uno de los mejores que jamás he visto. No tiene nombre y lo llaman simplemente la sima...... Estoy seguro que debe tener algo dentro de ese estomago....... Tengo el presentimiento que estará contento. Es tarde para la temporada y el tiempo es malo.

Martel : Nos hará perder una jornada para nada, eso es lo que yo creo pero en fin... vayamos.

El 19 de Septiembre de 1897 a las 16 :30, llueve y es Louis Armand quien ha descubierto la gruta y es el quien desciende primero. Algunos instantes más tarde sucede

Armand (bajo tierra y el teléfono) : ho la ! ho la ! Es inmenso..... Magnifico, Magnifico, Magnifico ! Es más bello que Dargilan, más bello que Padirac ! Un verdadero bosque ! Espléndido ! Espléndido ! He aquí un descubrimiento.......

Louis Armand acababa de descubrir la sima que un día llevaría su nombre : Aven Armand, la sima Armand, la apoteosis de las cavernas. La exploración duraría tres largos días.

A propósito de la jornada del día 20, Martel escribiría : Armand no ha abusado de su lirismo ayer. El espectáculo que se desarrolla delante de mis ojos, sobre pasa en esplendor natural de todo lo que jamás he visto en las cavernas que he descubierto o visitado.

Armand pensaba que el Bosque Virgen de la sima contaba con un centenar de estalagmitas. Martel llegaba a las 200. Hoy en día se sabe que son más de 400 estalagmitas o árboles de piedra y que constituyen el bosque mineral más importante del mundo.

LAS CAVIDADES

Las cavidades son oquedades que aparecen en el suelo de la roca y que generalmente son lo bastante grande como para ser penetradas y exploradas por los seres humanos y por otros animales. A menudo se crean redes subterráneas muy complejas con grandes galerías y salas que pueden abarcar varios kilómetros de extensión y penetrar hasta insondables profundidades. En el pasado la posibilidad de acceder a estos refugios permitió dar cobijo tanto a animales como al hombre; hoy en día los restos acumulados en ellas son reveladores de la vida animal extinta y sobre la vida del hombre prehistórico.

Lustros atrás el mundo subterráneo de simas, cuevas y grutas estaba reservado a espíritus aventureros y decididos y a los amantes y estudiosos de la temática espeleológica. Se trataba de un mundo prohibido a la mayoría de los mortales; quienes se aventuraban por las entrañas de la tierra eran tachados de locos o de visionarios cuando regresaban con las retinas ahítas por las esplendorosas maravillas contempladas y relatando las rarezas pétreas que habían descubierto. Una actitud contradictoria ya que las cuevas fueron antaño el único hábitat del ser humano, una vivienda y un refugio seguro. Es evidente que se inicio un abandono gradual para vivir en construcciones, por lo que pasan a ser destinadas como necrópolis o santuarios. A partir de entonces comienzan a considerarse a las cavidades como morada de seres y entes malignos, recibiendo nombres que incitaban al terror como la cueva del Diablo o la cueva del Infierno; pese a que a partir del siglo XV se instalan en sus partes más externas algunos santuarios, iglesias y mezquitas.

Los primeros espeleólogos eran intrépidos hombres que arriesgaban sus vidas para intentar batir algún récord o para hacer fortuna; por lo que la ciencia en esas fortuitas aventuras no tenia lugar. Por aquel entonces se empleaban equipos muy rudimentarios compuestos por cuerdas (muchas de ellas fabricadas de pita, de esparto y de cáñamo), escaleras de madera, cabrias y velas; materiales estos que apenas habían evolucionados desde las exploraciones de John Beaumont en el siglo XVII, quien realizase diversos informes sobre cavidades con detalles y algunos dibujos pero que contenían escasos datos científicos.

Las exploraciones subterráneas no obtienen respetabilidad científica hasta finales del siglo XIX, gracias al trabajo metódico de Edouard Alfred Martel. Martel se calificaba como " un troglodita nato, tan ansioso de excavar bajo tierra como un tejón ". Es en 1866 cuando su padre aficionado a la paleontología y abogado de profesión, lleva al joven Martel a las grutas de Han, una famosa cueva de las Árdenas belgas. Al pasear por las lúgubres galerías y balcones de la cueva, Martel sentiría que esa era la vocación de su vida; lo que más tarde escribiría " mientras miraba asombrado la superficie, negra e iluminada por las antorchas, aparecía un lago subterráneo en el mismo corazón de la montaña; decidí que dedicaría mi vida a la exploración de esas maravillosas entradas en la tierra. Desde entonces durante las vacaciones visitaba cuevas en los Pirineos, Suiza e Italia y se convirtió en un experimentado alpinista lo que ayudaría mucho al futuro espeleólogo.

Tras largos años de experimentación, en 1888 Martel comienza con una serie de campañas anuales. Cada verano partía con varios amigos, dos fieles capataces y dos carros llenos de equipo con poleas, cabrias, escaleras lámparas, cuerda de seda y cáñamo, hachas, provisiones, aparatos de fotografía, camas portátiles y un no menos numerosos equipaje variado. En la mayoría de los casos los vecinos tomaban a la extraña caravana por un circo. Sin embargo al saber los supersticiosos campesinos los propósitos de tal caravana recibían al "caballero que bajaba a las cavernas" con gran recelo. En muchas ocasiones y debido a la creencia de que tentaba al diablo, Martel tenía muchas dificultades para contratar diez hombres para manejar su equipo, incluso pagando hasta siete francos al día, que para la época era una buena paga para un trabajo. Muchas ancianas se santiguaban y le comentaban que podía bajar si quería pero seguro que volver, no volvería. Pero Martel no sólo exploraría el mundo subterráneo sino que además realizó grandes innovaciones en materia espeleológica, en sus exploraciones Martel utilizaba un mono especial de diseño propio, con múltiples bolsillos para un silbato, velas grandes, varios cabos de vela, alambre de magnesio, cerillas, pedernal, un martillo, dos cuchillos, una pomada, una cinta métrica, dos termómetros, dos barómetros, lápices, una brújula, un cuaderno de notas, material médico básico, chocolate y un frasco de ron. Uno de los inventos del que estaba más orgulloso era un teléfono portátil que tan sólo pesaba 400 gramos. También utilizó en vez de pesadas canoas, unos botes plegables de lona que tan sólo pesaban 18 kilos y que permitían atravesar los temibles ríos subterráneos y los lagos.

De las muchas campañas que Martel realizó, posiblemente su favorita era la expedición de 1889 a la Causse de Gramat, una meseta kárstica llena de cavidades entre los ríos Dordoña y Lot. Cuando Martel se interesó por la existencia de las cavernas de la región, los campesinos le condujeron a un gran campo en cuyo centro aparecía una enorme dolina circular de 35 metros de diámetro, conocido como el Pozo de Padirac, del que la leyenda cuenta que cuando Juana de Arco expulso a los ingleses de Francia, varios soldados enemigos se refugiaron allí y escondieron una fortuna en oro que nunca se ha recuperado. Había entonces descubierto la caverna hasta la fecha la caverna más espectacular de Francia. La sus sucesivas campañas exploraría grandes pozos, largas galerías y descubriría una gruta secundaria de 80 metros de altura con ornamentos espectaculares. Durante años Martel lucharía tenazmente para abrir Padirac al público, con lo formó una sociedad filantrópica que compró la caverna, construyó una enorme escalera de hierro en el pozo e instaló luces eléctricas. En 1899, Padirac fue abierta al público.

En campañas siguientes Martel exploraría cientos de cavernas de Europa, su renombre internacional trajo consigo que el Archiduque Salvador de Austría le pidiese que investigara las cavernas de Baleares; el emperador Nicolas II de Rusia le pidió que explorara la costa noroeste del Mar Negro y los ministros franceses de educación e higiene financiaron varias expediciones a Austria y Bélgica.

Gracias al gran desarrollo de los trabajos científicos realizados en grutas de Europa por el abogado Edouard Alfred Martel durante finales del siglo XIX, le dieron la fama mundial y la consideración de ser el fundador de la espeleología moderna. Martel seguiría explorando cavernas hasta 1914 realizando decenas de expediciones por Francia y otros países, pero se dedicaba cada vez más a organizar y sistematizar la recién nacida ciencia espeleológica. En 1895 funda la Société Française de Spéléologie. Autor prolífico, editó " Spelunca " que era el boletín de la sociedad y escribió varios libros sobre sus campañas anuales. Su afición por la espeleología eclipso su profesión de abogado y empezaría a enseñar espeleología en la Sorbona en París. En 1938 murió a la edad de 78 años y el mundo entero le rindió homenaje. El padre de la espeleología había explorado unas 1500 cavernas, cientos de ellas por primera vez y sus innovaciones técnicas fueron adaptadas por los demás espeleólogos.

La Espeleología es una ciencia que nacería del tronco de la geología y desmembrada de la rama de la morfología por una parte y de la hidrología por otra. A ello se le debe añadir el estudio de la vida en las cavernas tanto el actual como el pasado, con lo que se engarza directamente con la ciencia de la ecología, biología y la paleontología. El conocimiento sobre las cavernas es por tanto un rigurosamente científico con lo que requiere una especialización. El espeleólogo para ser tal no ha de limitarse a explorar cavidades sino que es preciso que saque de su visita observaciones capaces de hacer progresar la espeleología. La labor elemental es el levantamiento topográfico, al alcance de cualquier persona medianamente preparada intelectualmente pero además se necesita realizar un estudio de la cavidad, ya en el aspecto geológico, hidrológico o biológico; es entonces cuando nace el espeleólogo.

La espeleología es por tanto una ciencia que estudia el medio subterráneo en toda su amplitud, por ello el estudio espeleológico empieza por el conocimiento de la geología externa, es decir, la espeleología empieza fuera de la cueva.

Hombres como Martel, Casteret, Puig y Larraz y el murciano Arturo Valenzuela han contribuido con su sistemática y método espeleológico, a unificar las ciencias que componen la espeleología y a asentar una metodología de trabajo espeleológico que hoy en día son en ejemplo a seguir aun después de más de 50 años de exploraciones subterráneas emprendidas por estos hombres.

Sin embargo, pese al gran desarrollo de los trabajos sobre espeleología y a la gran difusión que estos tuvieron, el temor a lo oculto en el interior de las cuevas, grutas y simas permanece en la tradición popular escribiendo bellas páginas de leyendas. A las puertas del siglo XXI subyacen muchas cavidades todavía por explorar y descubrir.

Aven Noir

La cavidad se halla situada en la Comuna de Nant en Aveyron próxima a las gargantas de la Dourbie y el Trévezel en el Causse Noir.

Un sendero situado cerca de las masías de Plots es el comienzo de una larga ruta que desciende hasta el río Trévezel que durante el verano se halla seco en este tramo y deja al descubierto grandes cantos rodados de la fuerza con que suele descender este río en invierno.

Cerca del lecho del río se aprecia una senda utilizada por los pastores de la zona y circundado por un gran pinar y abedules cuyas hojas al viento producen una suave melodía que acompaña en la subida.

Se aprecia una roca dura y estriada que evidencia gran paso de agua y un lenarismo que indica que la cavidad es de grandes dimensiones.

Conforme se estrecha la rambla por la que asciende, el micro clima de la zona va cambiando a un frío aire que denota la presencia de la cavidad.

En casi su final aparece un gran agujero de más de 12 metros de anchura por el que penetra la luz del sol y deja ver en su fondo a más de 47 metros de profundidad el suelo de la ansiada sima Negra.

Próxima a la entrada se yergue una antigua fortaleza que según comentan los antiguos ancianos del lugar, fue construida por los templarios para proteger un antiguo camino comercial que transitaba paralelo al lecho del río.

El descenso a la Sima Negra

Comenzamos a anclar la cuerda sobre una enorme haya, un buen seguro para emprender un gran descenso.

Anclado el descensor a la cuerda, el corazón y la adrenalina fluyen ante el inicio.

La baja comienza apenas rozando la pared con los pies, para convertirse en una vertical absoluta. Pasados los primeros metros de descenso nos detenemos a mitad de camino para apreciar el entorno. En el techo se aprecian enormes estalactitas plagadas de verde musgo, apenas situados a unos metros de ellas y en la misma horizontal, tenemos el tiempo mientras nos hallamos colgados de la cuerda y a más de 40 metros del suelo, de observar con detenimiento lo que casi sería imposible de apreciar y que proveen de un espectáculo fantástico, mientras nos sentimos con la capacidad de volar, limitada solamente por el uso de la cuerda que sin duda nos devuelve la realizada de tener que terminar el descenso y aterrizar en el pedregoso suelo de la cavidad. Grandes estalagmitas surgen colonizadas por el musgo y que evidencian la actividad creadora del agua que no cesa de caer desde la bóveda.

Cúmulos de estalagmitas que más parecen bosques encantados colonizados por una microfauna compuesta por el musgo y líquenes y pequeños coleópteros se hallan dispersos por toda la sala, conocida como la fosa de los Osos. Según cuentan los mayores del lugar, en tiempos remotos y posiblemente hace más de 10.000 años la sima era un lugar donde los osos cavernarios iban a morir, hecho por el cual se han encontrado gran cantidad de huesos de estos plantígrados. Lo cierto es que antaño pudo existir alguna otra entrada que permitiese llegar hasta el actual suelo de la cavidad y fuese refugio para estos grandes mamíferos que se extinguieron al final del periodo glaciar.

La gran sala da paso a una inclinada galería de iguales dimensiones. Debido a ser el sumidero de la cavidad, pocas formaciones se aprecian en un suelo estriado por la corriente y el paso del agua. En las escasas formaciones que se encuentran en el suelo se puede apreciar como se han incrustado en el depósito calcáreo grandes rodados y oscuros que contrastan con la pureza del blanco del la caliza.

Mientras nos adentramos la entrada de la cavidad por la que penetra un halo de luz se va lentamente empequeñeciendo ante la creciente dimensión de la galería que culmina en un gran sumidero rodeado de enormes bloques desprendidos del techo.

De vuelta a la fosa de los Osos y detrás de todas las formaciones surge una balconada que da acceso a una pequeña galería e inicio de un nuevo pozo muy concreccionado con corales puntiagudos que molestan al roce.

Este pozo culmina en una estancia con grandes coladas a cada lado por las que fluyen pequeños hilos de agua que gotean en un lago de finos bordes irregulares por el depósito calcáreo. Un conducto situado a dos metros del suelo es la continuación y acceso a una amplia galería de más de tres metros de diámetro en forma de meandro por donde transita el río de la cueva en épocas de crecida inundando esta. La galería desemboca en un enorme pozo con un gran lago colgado en su mitad a más de 17 metros de profundidad. La continuación de la cavidad está precisamente en esta zona en la que se ha de realizar un pasa manos que para el primero supone hacer un vuelo de más de cuatro metros. Aun cuando supone un cierto riesgo se ha correr literalmente por la pared hasta alcanzar la pared opuesta y anclar la cuerda para el resto del grupo pueda atravesar la zona.

Entonces aparece en ésta lago colgado una ventana que penetra en un estrecho pasillo que finaliza en un nuevo pozo de 35 metros de profundidad que es el último sumidero conocido de la cavidad.

Aun cuando existen muchas pequeñas galerías laterales estas son apenas penetrables y exigen un gran esfuerzo para poder recorrerlas. Al tratarse de una cavidad activa muy probablemente estas ensancharan en un futuro para poder permitir el acceso de una persona.

Comenzamos a realizar la vuelta hacia la entrada tras ver una de las importantes cavidades de la zona de Aveyron y volver a la fosa de los Osos. En uno de los pasos finales del pozo que da acceso a esta zona y próximos ya a la entrada aparece ante nuestra sorpresa una gran cabeza de oso literalmente fosilizada a la roca y con gran cantidad de caliza adosada y que enmascara la realidad. Con claridad se observan las grandes fosas nasales del antaño enorme oso, los globos oculares y parte de la mandíbula.

Nos damos cuenta de el enorme tamaño que debieron tener estos animales que convivieron durante cierto tiempo con el hombre que los cazo por su piel y su carne y que ante la evidencia de su tamaño debió de ser una época de dura subsistencia para la historia del hombre.

Sorprendidos por el hallazgo regresamos a la gran sala para iniciar el ascenso, que será muy lento y cansado.

Unos nuevos 57 metros de cuerda nos esperan pero que en esta ocasión la comodidad del descenso se transformará en una dura subida que también nos permitirá observan con claridad la sala y la dimensión que cobran nuestros compañeros mientras ascendemos.

Tras la salida luce una atardecer que impregna de rojo los árboles y la roca. Del fondo de la sima negra surge una leve cortina de humo fruto de la diferencia de temperatura con el exterior y que dota de un halo de misterio a una cavidad conocida desde tiempo inmemorial de la que se dice que fue escondite de templarios.

Aven Noir

Coordenadas Speleométricas X : 678.825 Y : 197.875 Z : 600 msnm

Recorrido : superior a un kilómetro.

Desnivel : 110 metros de profundidad.

Comuna de Nant. Aveyron. Francia. Mapa I.G.N. Nant 2641 Oeste.

Historia

Explorada por primera vez en 1933 por Balsan gracias a las indicaciones de las gentes de la zona. Desciende y explora la gran sala y la galería descendente hasta el sumidero de la cavidad a 110 metros de profundidad.

En 1949 en Speleo Club de Causses descubre y explora 120 metros de galerías en un nivel inferior tras forzar un paso soplador.

En 1969 el grupo Gersam descubre algunas galerías en la zona Norte de la cavidad.

En 1975 el mismo grupo tras una desobstrucción descubre el meandro Negro, la sala Negra y el pozo Negro de 34 metros de profundidad.

En 1976 una escalada en artificial descubre en la zona Norte una bella galería que finaliza en la sala René Roux.

Descripción

La entrada a la sima Noir se ha debido al hundimiento del techo de la gran sala que el señor Balsan llamó la Fosa de los Osos. Un roble permite equipar una bella vertical absoluta de 37 metros más otros 15 metros por la sala inclinada hasta llegar al embudo donde empieza la sala Balsan.

La impresionante sala permite que los rayos del sol penetren hasta el fondo creando una bella imagen de este sistema subterráneo con grandes bloques y estalagmitas cubiertas por un musgo verde, en el techo se observar grandes estalactitas que han creado un verdadero bosque que se puede apreciar durante el descenso a la sima. Siguiendo el propio descenso de la gran sala se accede a través de un gran pórtico a una galería con una anchura media de 15 metros que finaliza tras unos 200 metros en el sumidero de la cavidad a 110 metros de profundidad conocida como la sala Balsan. En dirección Norte se tiene acceso al Balcón, una especie de terraza que domina la Fosa delos Osos y que inicia un primer pozo de 11 metros de profundidad y que alcanza una galería que conduce hasta otro pozo de 9 metros en cuyo fondo se inicia la galería de S.C.C. con 150 metros de recorrido y con algunas piletas y que finaliza en una sala con una gran marmita llena de agua. Desde esta sala parte el estrecho meandro Negro donde se nota una fuerte corriente de aire. Este meandro finaliza en la sala Negra en cuyo fondo aparece el pozo Negro de 34 metros en donde el agua desaparece a través de una laminador impenetrable estando esta a 85 metros de profundidad con respecto a la entrada.

Ficha de Equipamiento

Pozo de 37 m. + 15 m. : cuerda de 65 metros. Dos spits y un anclaje natural.

Pozo de 11 m. : cuerda de 20 metros. Cuatro spits.

Pozo de 9 m. : cuerda de 15 metros. Dos anclajes naturales y dos spits.

Pozo de 35 m. : cuerda de 45 metros. Dos anclajes naturales y dos spits.

Aven de la Portalerie

La Exploración

Una altiplanicie ondulada por las dolinas; cubierta por la frágil hierba, algunos álamos resistentes enraízan entre los angulosos cantos calizos del terreno, la roca hasta ahora sólida y llana, se abre desgarradora en un gran agujero negro y profundo produciendo una erizante sensación en nuestros rostros y una excitante emoción de temor al pensar que hemos de dejarnos engullir por él. Tras una estudiada y escrupulosa instalación comenzamos uno a uno a descender por la cuerda que se pierde en la oscuridad lejana.

Como diminutos seres sobre un hilo de seda nuestros ojos se alzan para admirar esta gran cúpula abierta en la que es fácil sentirse volar. Colgados de la cuerda al mirar a nuestro alrededor una campana gigantesca nos envuelve y arriba el sol que poca a poco se va perdiendo y se abre ante nosotros la tierra para descubrir su interior. Tras veinte metros de emoción nuestra vida colgada de una cuerda, al poner los pies en el suelo, se invaden nuestros ojos con las monumentales formaciones litogénicas que el agua ha salpicado con el tiempo estando forradas de verde musgo y una extensa alfombra que cubre todo el suelo vistiéndolo de exóticos contrastes.

Entre las grietas de estas columnas crecen tímidos helechos y líquenes profiriéndole de mucha más vida a esta maravilla arquitectónica natural. Toda la estancia se iluminada por un haz de luz que según la inclinación del sol, incide en la formaciones, techos y paredes mostrando un espectro verdoso y creando un espacio de claridad-oscuridad entre luces y sombras crecientes y decrecientes que se pierden entre pasillos y estalagmitas.

La amplia estancia, rodeada de pequeños roquedos colonizados por estalagmitas junto a las paredes y salpicadas todas por un predominante color verde. Conforme nos adentramos en ella el clima va cambiando y el calor del exterior va perdiéndose hacia un húmedo y frío ambiente; hacia el Oeste se abre una ancha y sinuosa galería, tras remontar el pasillo ascendente entre enormes estalagmitas anilladas y talladas cual peldaños asimétricos truncados, que después de atravesarlos nos adentra por bloques de gran porte a una balconada desde donde la visión ofrece una estancia cuyo suelo se sitúa a 10 metros por debajo y en la que se encuentra una arabesca columna de más de 2 metros de diámetro de color marrón rojizo y decorada de penetrantes estrías ondulantes.

Desde aquí un pequeño paso descendente a través de formaciones es la entrada inferior a un salón al que se accede tras bajar por una gran colada rojiza, semejante a una enorme ciudad colgante plagada de torreones que brotan de la roca compitiendo en altura y tamaño. El suelo blanquecino de ésta estancia se halla calcificado y cuarteado formando pequeños cuadritos lisos y abrasivos; toda ella se encuentra inclinada con una suave pendiente a la que se asciende para llegar a una estancia contigua, aparecen entonces unas formaciones parecidas a unas rocosas fauces con punzantes estalactitas como afilados dientes; justo en el centro de esta sala se halla un tubo de presión redondeado y agobiante que conduce como ante sala a una de las más impresionantes zonas de la cavidad.

La oscura negrura es entonces quebrada por unas débiles luces; un terciopelo negro y suave acaricia el rostro mientras avanzamos hacia el final del conducto para situarnos sobre una repisa donde se nos muestra el panorama subterráneo simplemente sencillo.

Nos damos cuenta y nos preguntamos porque debajo de nuestros pies y por nada más que unos agujeros en el suelo existe un mundo desconocido y fantástico. Un poco científicos un poco aventureros nos adentramos en el interior de la tierra para descubrir un maravilloso mundo escondido a los ojos de resto de la humanidad.

Nuestras luces no nos permiten ver más allá de la decena de metros y sólo se atisba el suelo; esto revela que la estancia es enormemente colosal. Desde la repisa al suelo nos separan un par de metros que son descendidos gracias a los apoyos y hendiduras naturales.

Irrumpe el silencio mientras nuestros pasos nos conducen a una enorme colada de diferentes caídas formando cascadas y anillos que contornean a su alrededor y que por su extensión crean una gran plataforma de sedimento calizo que enmascara las rocas y los bloques primigenios. Donde acaba la colada aparece un pasillo camuflado entre formaciones que se ve asediado al completo por banderas listadas que superan el par de metros, haciendo imposible sortearlas y descubrir que esconde este pequeño recoveco de la gran sala. Una inclinada y ancha rampa conduce al centro de la estancia; los pasos son dados sobre una superficie fosilizada por el paso del agua, lisa y algo más que perfecta.

Un anfiteatro natural lleno de esperpentos y gárgolas, en donde toda la estancia se ve presidida por una gigantesca estalagmita marcada de grandes estrías y surcos donde se pueden apreciar los sedimentos de carbonato cálcico dejados a lo largo de siglos de incesante actividad creadora.

Es en esta sala donde la naturaleza decidió experimentar con las diversas formas que toma la caliza y prodigar su crecimiento. Es así como surgen situándose frente a la enorme estalagmita, una colada rosácea a modo de cascada, pulcra y limpia, de suave tacto y que más parece hielo sólido que roca sedimentaría. Separada por un complejo sistema de torreones estalagmíticos de diferentes alturas a modo de escaleras para gigantes, se sitúa una increíble jungla de formaciones, una interrumpida colada se abre camino desde el techo para chocar con ejército de crecientes estalagmitas laminadas cuya talla más corresponde a la superposición de hojaldres que a la de una formación pétrea.

Aparecen algunos raros encajes minerales formando pequeñas celdillas y talladas cual sutil delicadeza por las manos del esmerado orfebre natural. Aparecen algunos pequeños lagos serenos que sólo se encrespan cuando caen las gotas de agua desde la bóveda y que reflejan la luz de nuestros cascos sobre las formaciones más próximas con fugaces destellos ondulantes.

Nos damos cuenta que la sala es la obra perfecta de la arquitectura natural, de hecho cualquier cavidad por sencilla que sea lo es.

En un extremo de la sala aparece una rampa que más parece un tobogán puesto que conduce directamente a un lago de amplias proporciones como para que sí no se tiene la suficiente precaución al descender tal rampa acabe uno nadando para cruzarlo.

Algunos apoyos surgen en la pared hasta llegar al borde del lago, entonces se ha de realizar un comprometido paso en oposición para sortearlo y llegar a una ventana que da entrada a una gran sala, inmediata inferior a la anterior, y a la que se accede descendiendo por bloques de mediano tamaño empotrados y fosilizados, lo que facilita así, la bajada gracias a los peldaños que surgen hasta llegar al suelo áspero de ésta estancia, aparece entonces un espacio amplio lleno de pequeños lagos de suave pendiente por los que discurre una inmensa cortina de agua que culmina en un gran lago de aguas cristalinas. Las enormes paredes se hallan decoradas por banderas que emergen desde el techo para llegar a rozar el suelo situado 10 metros más abajo.

Una balconada creada por el flujo calizo en una colada y que se halla en la sala superior, permite comparar con la figura humana las proporciones de la estancia entre grandes estalagmitas rojizas y banderas. El autentico espíritu se percibe aquí al igual que en la entrada por lo colosal de las estancias, por lo ondulada de sus formaciones litogénicas y por el agua cristalina de sus lagos entre un suelo estriado lleno de sedimento calcáreo mojado y pulido; en un lugar donde la paleta de colores cambia a cada paso. Lentamente la galería desciende hasta alcanzar el sifón terminal.

En silencio y con el transcurso de siglos se han levantado impresionantes catedrales de piedra, aquí ante un espacio tan abierto y a la vez tan oculto en la corteza terrestre, nos damos cuenta que estas maravillas del arte natural, deben ser protegidas como el mejor legado a las generaciones futuras. Los pasillos continúan lúgubres y sombríos extendiéndose mudos y tortuosos, armonizando con la roca en el corazón de la montaña.

Aven de la Portalerie

Coordenadas Speleométricas X : 675.230 Y : 185.260 Z : 728 msnm

Desarrollo : más de 1000 metros

Desnivel : 149 metros de profundidad.

Blaquererie. Comuna de la Couvertoirade. Aveyron. Francia.

Historia

En 1933 el Abad Pouget explora 400 metros de galerías. El mismo año L. Balsan llega hasta la gran sala.

En 1968 el grupo Gersam alcanza en le sifón terminal a 149 metros de profundidad.

Descripción

La entrada a la cavidad es un bello pozo de 19 metros de profundidad en la que da comienzo una bella galería muy concreccionada de más de 300 metros de recorrido, con algunos pasajes en los que ha de franquear lagos y balsas y grandes gours en forma de escalera y que llegan hasta un primer pozo de 7 metros dominado por un gran gour temporal y que tras descender se inicia otro descenso de 8 metros que entre pasos estrechos, salas medianas y piletas da paso a través de un enorme pórtico a la gran sala del sistema con más de 50 metros de largo, 30 de anchura y 18 de altura. A través de un gran embudo que se halla en esta sala, se realiza una escalada para alcanzar el pozo de 8 metros que entre bloques alcanza una estancia. Un nuevo pasaje entre bloques desemboca tras pasar un laminador en una galería de cómodas dimensiones que finaliza en un nuevo pozo de 5 metros en la que da comienzo una diaclasa que termina en el sifón temporal que puede ser superado y alcanzar tras unos 50 metros de recorrido el sifón terminal del sistema.

Ficha de Equipamiento

Pozo de 19 m. : Cuerda de 30 metros. Un anclaje natural y dos spits con desviación desde el inicio.

Pozo de 7 m. : Cuerda de 20 metros. Dos spits en el gour, dos spits en el inicio del segundo pozo y un spit a 2 metros a la izquierda.

Escalada de 10 m. : Un anclaje natural y dos spits opcionales.

Conveniente llevar una cuerda de 20 metros para algunos pasos y maniobras.

Abîme de Bramabiau

Situadas en la pequeña localidad de Camprieu al pie del monte Aigoual, un riachuelo cambia de nombre en el transcurso de una travesía subterránea, aventura que comienza con la placidez de un discurrir suave de las aguas que se sumen en una gruta y que finaliza en un bucólico paisaje en el circo de Bramabiau -el buey que brama- bautizado así por el rugir que sus aguas provocan al precipitarse por las cascadas subterráneas con 83 metros de desnivel desde su inicio hasta su salida. El recorrido principal de Bramabiau es de 1 km. y cerca de 11 km. con las galerías laterales de tipo laberíntico. Explorada por primera vez el 27 de junio de 1888 por Alfred Martel es objeto de terrores ancestrales, lugar de numerosas leyendas y un paraíso para espeleólogos.

Los espeleólogos comienzan a adentrarse por la gran galería de entrada y sumidero natural de Bramabiau conocido como la Balsete, gran agujero que ha perforado la roca hasta contactar con la galería y que dota a la zona de un ambiente peculiar con un gran contraste entre la claridad y la oscuridad. Es aquí donde la galería gira de forma descendente para penetrar la oscuridad. Pulidas paredes estriadas por el paso del agua se abren en un único conducto que ha de descenderse en oposición hasta llegar al borde de un acantilado por el que se precipitan las aguas hasta alcanzar un lago situado a 20 metros de profundidad y que es el punto de entrada al laberinto de Bramabiau. Diversas galerías se extienden como un río anastomosado y por el que discurre una masa de agua capaz de arrastrar en las crecidas enormes troncos que podemos observar encajados en las grietas de las paredes y que en muchos casos se encuentran astillados por la violencia del impacto.

Comenzamos entonces a recorrer la galería principal por el río, en ocasiones debemos nadar hasta alcanzar una playa. Grandes salas se abren a los laterales donde proliferan enormes formaciones anilladas y que no se prodigan mucho ya que al tratarse de un sistema muy activo no da tiempo a que se cree un depósito calcáreo adecuado para el crecimiento de las estalactitas. Gracias a los grandes guijarros que se asientan sobre el lecho del río podemos andar hasta alcanzar las grandes cascadas por las que debemos lentamente descender con gran esfuerzo en oposición hasta lentamente alcanzar la gran cascada final de la cavidad que culmina en una gran pozas

Abîme de Bramabiau

Coordenadas Speleométricas X : 691.500 Y : 202.700 Z : 1005 msnm

Comuna de Saint Sauver des Pourcils. Gard. Francia. Mapa I.G.N. 2640 Este.

Desarrollo : 10.100 metros

Desnivel : 90 metros de profundidad.

Desarrollo de la Travesía : alrededor de 700 metros.

Historia

El 28 de Junio de 1888 acompañado por Gaupillat, Armand y de algunas ayudas más Alfred Martel realiza la primera travesía de Bramabiau.

De 1890 a 1892 F. Mazauric descubre 5 kilómetros de galerías suplementarias.

A partir de 1924 M. de Lapierre añade más de dos kilómetros de galerías.

En 1983 más de 4000 metros de galerías le son añadidos al sistema por espeleólogos de Meyreuis, logrando que la cavidad sobre pase los 10.000 metros de desarrollo.

Descripción

Nos ceñimos a la descripción de la travesía símbolo histórico del inicio de la espeleología moderna en Francia y en el resto del mundo.

Se inicia la travesía por el sumidero de Bonheur, un largo túnel de sección cuadrada con el que contacta el aven de Balset que ha perforado el techo. Siguiendo el curso del río la primera galería puede superarse en oposición hasta que aparece un primer lago por el se prosigue por un pasaje a izquierda y comienzas algunas cascadas que son fácilmente descendibles excepto en tiempos de crecida. Es necesario ir provistos de una cuerda de 15 metros para las maniobras y pasos. El recorrido se realiza exclusivamente por el río hasta llegar a la surgencia. El recorrido de este tramo del sistema subterráneo no representa ninguna dificultad salvo para niños y se puede emplear cerca de 30 minutos a 2 horas. Recomendable es tomarse el tiempo en disfrutar de una travesía singular que representa los inicios de la espeleología de la que ningún espeleólogo debería perderse.

Es muy recomendable informarse de la meteorología del monte Aigoual ya que las crecidas pueden suceder y de forma muy rápida.

Ficha de Equipamiento

Para las maniobras : llevar una cuerda de 15 metros.

DATOS HISTÓRICOS DE LA ESPELEOLOGÍA EN LES GRANDS CAUSSES

La primera exploración de Grands Causses se remonta al año 1785 cuando el abad Carnus desciende el pozo de entrada a la sima Tindoul de la Vayssiére en el Causse Comtal, cerca de la población de Rodez. El abad se limita a descubrir este bello pozo comparándolo con un lugar infernal y hallando las trazas del sufrimiento.

La espeleología comienza en verdad en esta zona en 1888 con Eduard Alfred Martel, acompañado por Armand, Gaupillat y algunas ayudas más cuando realizan la travesía considerada imposible del abismo de Bramabiau. Esta fecha histórica del 28 de junio de 1888 representa el inicio de la espeleología y de la exploración subterránea. En los años siguientes Martel y su equipo exploran numerosos abismos de la zona de Grands Causses como la Barrelle, Corgnes, l’Egue, Hures, Trouchiols, Mas-Raynal, Guisotte.Las surgencias y las cavidades también son exploradas y cabe mencionar Boundoulaou, Castelbouc, les Douzes, les Baumes Chaudes, entre otras.

Raramente sobre pasan los 100 metros de profundidad, no obstante no sólo realizan un enorme trabajo de descubrimiento y de búsqueda sino científico plasmado en el levantamiento topográfico de muchas cavidades y de varias obras publicadas sobre espeleología, hidrología y turismo como : les Abîmes, la Françe ignorée, Traité des eaux souterraines, les Causses Majeurs, etc.

En Septiembre de 1897, Louis Armand discípulo de Martel, descubriría la sima que llevaría su nombre. Tras un pozo de 75 metros de profundidad se llega al fondo de una gran sala que hoy en día recibe miles de visitantes. La cota de profundidad de 202 metros es alcanzada en esta sima.

Durante los años 20 y 30 Robert de Joly continua las exploraciones de Martel, en la sima de Hures alcanza los 105 metros de profundidad y luego los 205 m. Descubre varias cavidades como Le Baumas, Betpaumes, explora Valat Négre, Peyros, entre otras.

Entre 1930 y 1950 Louis Balsan realizan grandes y bellos descubrimientos como el aven Noir, Baume Rousse, Faux Monnayeurs, Perte du Crés, Combe Albert. También explora cavidades descubiertas por Martel forzando pasos estrechos como en Banicous donde desobstruye una galería que le permite descubrir y alcanzar un lago situado a 150 metros de profundidad. Durante esos años publica la obra Grottes et abîmes des Grands Causses y realiza un inventario de cavidades de la región de Aveyron.

Los grupos de espeleología nacen en 1930 y continúan hoy en día el laborioso trabajo de sus predecesores.

Es después de 1970 y gracias a la mejora de las técnicas de progresión vertical que va a permitir a los grupos de espeleología poder explorar los abismos conocidos. Estas primeras exploraciones dan unos buenos resultados.

En 1970 en la sima de Hures, la más profunda desde la época de Martel, los espeleólogos llegan hasta la cota de -206 m. En 1972 un obstáculo es forzado y se llega a los -302 m., dos años más tarde se recorre una nueva galería que alcanza un sifón terminal a -310 m.

En 1977 en la sima de Banicous se alcanzan los 344 m. de profundidad. En la sima de Combe Albert se alcanza el sifón terminal a -353 m.

En 1979 en la sima de Pueche Negre descubierta en 1978 se alcanzan los 394 m. de profundidad hasta llegar a una galería acuática. Tras 10 años de exploración y estudio la cavidad alcanza los 9.500 m. de recorrido.

En 1980 se descubre la entrada a la cueva de Baume Layrou y hoy en día la totalidad del recorrido alcanza los 10 kilómetros. En 1984 se sobre pasa la galería acuática y se alcanzan los 400 m. de desnivel.

KARSTOLOGÍA

GEOGRAFÍA

La superficie del territorio de Grands Causses que se considera limita al Sur por la montaña de Séranne, posee unos 4.500 km2. Las altitudes varían desde los 600 metros por el sector Occidental ( Causse Comtal ), a los 1.100 metros en los límites Orientales, con su punto culminante en el monte Gargo de 1.247 metros de altitud situado en el Causse Méjean. Grandes gargantas han perforado estas vastas plataformas con unas profundidades que varían de 400 a 500 metros como las gargantas del Tarn, la Jonte y la Dourbie las cuales limitando de Norte a Sur, forman cuatro unidades principales : Causse de Sauveterre, el Causse Méjean, el Causse Noir y el Causse de Larzac. Numerosos otros Causses se distinguen, bien en la periferia ( Causse Comtal, Causse Rouge ) o bien en el seno mismo de estas unidades principales ( Causse de Massegros, Causse de Camprieu, Causse de Blandas, Causse de Canayere, etc.). Algunos se hallan individualizados por los cursos de agua, afluentes de los ríos principales como el Causse Bégon por el río Trévezel.

CLIMATOLOGÍA

Las lluvias son relativamente abundantes en el conjunto de los Grands Causses. Las precipitaciones medianas anuales son superiores a los 800 mm, llegando a los 1.100 en los bordes exteriores orientales. La zona Norte de este territorio se halla bajo la influencia del clima Oceánico ( lluvias regulares repartidas a lo largo de todo el año y bajo la influencia de unos relieves poco acentuados ). La influencia del clima Mediterráneo se deja sentir notablemente en las regiones más meridionales como el Causse Noir y sobre todo en el Causse de Larzac y se puede asistir, en lo que concierne al medio subterráneo, a verdaderos diluvios en Otoño, desencadenados por las masas de aire caliente y húmedo procedente del Mediterráneo. En el año 1980 en Meyrueis cayeron 300 mm. En una sola noche del 20 al 21 de Septiembre.

Las temperaturas medias anuales son de 10º C, con excepción del sector Oriental del Causse Méjean sensiblemente más frío.

GEOLOGÍA

ESTRATIGRAFIA

El conjunto de los terrenos sedimentarios de los Grands Causses sobrepasan los 1.500 metros de potencia. Se observa una reducción notable en los bordes Orientales y Occidentales. Estos terrenos Jurásicos se dividen en tres conjuntos litológicos principales :

El Lías Calcáreo

Posee una potencia que va desde los 60 a los 300 metros con dolomias y calizas oolíticas. Se hallan sobre todo en la periferia de los Grands Causses como en el Causse Rouge y es un conjunto muy karstificado. Su potencia, en ocasiones modesta, limita las posibilidades de extensión de las redes subterráneas en desnivel, no así en desarrollo horizontal como ocurre en la cueva de Clos del Pous y en la cueva de Peyriére. Las surgencias se hallan generalmente situadas en el techo de contacto con el Trias impermeable.

El Lías Margoso

Posee una potencia variable que va desde los 0 hasta los 250 metros con margas negras y calizas margosas. Constituye sobre todo, donde se halla presente, una importante capa impermeable la cual desaparece en el Sur Este de Larzac.

El Jurásico Medio y Superior

Posee una potencia estimada de 1.200 metros. Se hallan en el conjunto de los sistemas subterráneos que poseen unos desniveles importantes como la sima de Banicous, sima de Hures o la sima de Pueche Négre. En el seno de esta serie dos nivel constituyen un importante obstáculo desde le punto de vista hidrogeológico : Las margocalizas del Oxfordiense situadas en la base superior del Jurásico Superior en la cornisa de Méjean y las calizas margosas y los bancos ligníticos del Batoniense inferior que separan las barreras masivas del Bajociense y el Batoniense superior cuya facies se observa esencialmente en el Causse Noir. Gran número de pozos están desarrollados en dolomias del Batoniense superior como la sima de Trouchiols y el pozo de Banicous. Las surgencias se hallan situadas bien en el techo impermeable del Lías margoso como la cueva de Cabane de Saint Paul o bien cuando están por debajo del nivel de los valles, como frecuentemente ocurre en el centro de los Grands Causses, al nivel fijado por la superficie libre de la capa freática así constituida como en Castelbouc e Ironselle.

En el nivel del Oxfordiense y del Batoniense inferior, se observan pequeñas fuentes pero sobre todo y localmente un desarrollo horizontal de los sistemas como la Barelle para el Oxfordiense en el Causse Méjean y el río de Peche Négre para el Batoniense inferior en el Causse Noir, no obstante no constituyen una capa impermeable.

Los sectores Orientales del Causse Méjean representan un caso particular : la potente surgencia de Pêcher se halla situada en la base del Lías calcáreo. Las aguas surgen de estas planicies calcáreas del Jurásico superior y alcanzan el Lías margoso con menor espesor en este punto que a penas alcanza los 30 metros, tal vez gracias a las fallas de la zona de Meyrueis.

GEOLOGÍA ESTRUCTURAL

El conjunto de estos terrenos jurásicos ha estado sumido, tras su depósito, a las compresión pirineo-provincial con la dirección de plegamiento de NS (media de N20º), resultando la estructura siguientes :

La mayor parte de las capas poseen una pendiente débil o sub horizontal. Dos tipos principales de fallas afectan al conjunto : Los accidentes de dirección EW como la falla de Palangues o de Veyreau, que son fallas inversas con una proyección vertical relativamente importante ya que parece que actúan como barrera de los sumideros subterráneos entrando en contacto las zonas impermeables con los terrenos karstificables.

Los accidentes NNE-SSW y NNW-SSE que constituyen las facies de Meyrueis y de Le Rozier, del que su proyección vertical es débil con un desplazamiento lateral descolgado y que no actúan como barrera hidrológica salvo en raras ocasiones, siendo el contacto mismo con las formas de naturaleza calcárea.

La fracturación asociada a estos acotamientos ha netamente influenciado el desarrollo de redes hídricas subterráneas como la Clos del Pous con una dirección dominante de Norte 160º.

Movimientos recientes de dominante vertical también han afectado a la región conllevando la elevación relativa del conjunto de les Causses con respecto a la región de Garrigues, los cuales han tenido una importancia capital en el desarrollo de la morfología actual de la región de Causses. Los cursos de agua principal han en efecto horadado sus gargantas para conservar un perfil equilibrado que ha logrado el hundimiento de las redes hídricas subterráneas. Se puede apreciar la existencia de un vulcanismo en el Causses como en Sauveterre, Vignes, asociado a una fase de distensión que ha tenido lugar entre 14 y 5 millones de años.

SISTEMAS HIDROGEOLÓGICOS

Numerosas fuentes y surgencias drenan los Grands Causses y alimentan los ríos mayores y sistemas subterráneos como son el caso de :

Causse Comtal : delta subterráneo de Salles la Source.

Causse de Sauveterre : fuentes de Bouldoire y de Font Maure. Surgencia de Rouverol que alimenta el río Tarn.

Causse Méjean : Surgencia de Pêcher en la villa de Florac, de Montbrun, de Castelbouc, de Saint Chély, de Drac, de Ironselle, todas alimentan el río Tarn.

Causse Noir : fuentes de Moulin de Corp y de Fournets que alimentan la Dourbie.

Causse Nord Larzac : fuentes de Esperelle en la Dourbie, de Durzon en la Dourbie, de Homéde en el Tarn, de la Mouline, de Cernon y de la Sorgues.

El régimen de caudal es a menudo mal conocido. En muchos casos las avenidas ocultas en los cursos de agua receptores no hacen posible una estimación del caudal. Los límites de las cuencas de alimentación se hallan en la mayoría de los casos mal definidas. No obstante sus trazas han puesto en evidencia numerosos sistemas hidrogeológicos como son el caso de la sima Hures con la surgencia Castelbouc y la sima de la Portalerie con las fuentes del Durzon. La exploración espeleológica que ha contactado con estos cursos subterráneos ha aportado unos importantes elementos de información.

Entre los más recientes descubiertos se halla la cueva de Coutal y el sumidero de Novis para la surgencia de Rouverol en el Causse Sauveterre (Speleo Club de la Lozére). La sima de Patates y de Sotch de la Tribe para las fuentes de Moulin de Corp y de Fournets situadas en el Causse Noir (Alpina de Millau y Speleo Club M.J.C. de Rodez).

La más larga circulación demostrada sobre este sector alcanza los 12,3 kilómetros desde el sumidero del riachuelo de Garenne cerca de la población de Lanuéjols hasta la fuente de Moulin de Corps. Estas fuentes de agua pueden ser en parte las resurgencias de los cursos de agua de los valles como ocurre con la Fontaine des Douze y el río Jonte. Se observan también estas disfluencias como en el caso de Causse Noir en la sima de Patates y la coloración que ha surgido en las fuentes de Moulin de Corp y en la fuente de Fournets situadas en el Causse de Massegros.

Esta relativa complejidad en la organización hidrogeológica caracteriza a una evolución reciente y actual del karst. La perforación realizada por los cursos mayores de agua, como en el caso del río Tarn y el descenso de sus niveles de base, ha llevado a un equilibrio de los drenajes aéreos y subterráneos. Los afluentes como en el caso del río Trévezel y el río Jonte quedan suspendidos con respecto a los niveles de base y compensas estos excesos por los sumideros.

KARSTOLOGÍA

Tindoul de la Vayssiére. Sima y sumidero que se desarrolla en calizas y dolomias del Jurásico medio (Bajociense) en contacto con una pequeña falla. Constituye un punto de drenaje del Causse Comtal que da origen a un delta subterráneo con la surgencia de Salles la Source situada a 460 metros de altitud.

Aven de Trouchiols. Sima que se desarrolla en dolomias del Batoniense.

Abîme de Bramabiau. Sistema hidrogeológico con sumidero y surgencia que atraviesa una pequeño macizo calcáreo del Lías (Hettangiense dolomitizado).

Aven de la Portalerie. Sima desarrollada en dolomias del Jurásico medio. Por su interior fluye un riachuelo que tiene su surgencia en la fuente de Durzon cerca de la población de Nant a 530 metros de altitud. La coloración para establecer este sistema se realizó en el año 1964.

Aven de Mas Raynal. Sima desarrollada en dolomias del Batoniense. Constituye un importante colector de aguas y sumidero con la surgencia de la Sourges situada a 580 metros de altitud.

Grotte de la Cabane e Saint Paul. Surgencia que se desarrolla en calzas del Bajociense inferior en contacto con el techo impermeable del Lías margoso.

Grotte des Cabanes du Trévezel. Se desarrolla en calizas y dolomias del Bajociense. Por su interior fluye un riachuelo que nace de las perdidas de los cursos de agua.

Aven Noir. Sima desarrollada en calizas del Batoniense. En su interior fluye un río.

LA CUEVA DE TRÉVEZEL

Estrechas y oscuras son las gargantas de Trévezel, rebosando agua que fluye entre cascadas y grandes escalones de piedra caliza, sus frondosos bosques de robles esconden pasajes subterráneos inescrutables. En uno de los amplios claros de la garganta donde se forman escaleras y pozas descendemos por una pronunciada pendiente en la que debemos asirnos a los árboles para poder mantener el equilibrio y llegar hasta el río. Decididos a explorar la gran cueva de Cabane de Trévezel, ascendemos por el cauce seco de una surgencia hasta alcanzar el farallón rocoso donde se abre una antigua ruta que culminaba en el pueblo de Tréves. Tras recorrer esta ruta y no hallar la ansiada cueva, se decide volver al punto de partida y explorar la pared rocosa en busca de alguna oquedad y se comienza a despejar las trazas de un antiguo riachuelo para descubrir un estrecho agujero de a penas 70 centímetros de diámetro con evidentes signos de no haber sido explorado nunca ya que parece una surgencia temporal que recientemente ha despejado un poco la entrada de la que emana un aire frío con fuerza. Comenzamos a desobstruir para lograr adentrarnos por el estrecho conducto que en su mitad da cabida sólo al cuerpo debiendo quitarnos el casco para proseguir y superarla. Es entonces cuando se logra penetrar en una bella y amplia galería llena de agua y con grandes gours repletos de agua. Nuestros ojos ven por primera vez la galería y descubren su color blanquecino que ha estado oculto al resto del mundo durante milenios. Un sentimiento de felicidad y satisfacción invade nuestra mente reflejándolo en el rostro al saber que somos los primeros que pisamos esta tierra subterránea y que los esfuerzos de desobstrucción han sido recompensados. Los grandes gours por los discurre un fino lienzo de agua conducen a una enorme estancia en la que la profusión de formaciones ha dado muestras del poder de creación de la Madre Naturaleza. En la pared Este surge una enorme colada blanquecina de más de 10 metros que enmascara el suelo primigenio. Grandes estalactitas blanquecinas por la pureza del carbonato cálcico recorren una de la fisuras de la bóveda situada a más de 4 metros y algunas logran culminar su descenso contactando con soberbias estalagmitas que se ven circundadas por grandes piletas que rebosan agua y crean un irregular anillo en la base lleno de pequeños gránulos. Desde esta gran estancia parten dos galerías, la primera de dirección Sur es un largo túnel cubierto de formaciones que culmina en un gran lago en cuyo fondo se aprecia una continuación a través de un gran conducto sumergido. La segunda de dirección Norte da entrada a una enorme galería por un pórtico natural cuyo espacio se ve limitado por una enorme columna blanca rodeada por estalactitas pequeñas que contrastan con el color negruzco de las paredes. Multitud de estalagmitas punzantes surgen rodeadas de anillos calizos en las bases y el suelo se halla cubierto de gours que rebosan agua y que nos obliga a extremar el cuidado para no romper estos raros encajes naturales. La galería de tipo redondeada denota el paso de un gran caudal de agua a una presión constante horadando la dura roca caliza unida al depósito calcáreo ha creado un bella cavidad. Tras más de 500 metros de galería en cuya mitad se torna un poco ascendente, ésta bifurca en dos galerías con recorrido semejantes de más de 50 metros y que se ven saturadas por la arcilla. Es seguro que ambas tras laboriosas desobtrucción lleven a descubrir nuevas galerías y estancias que supondrán engrosar el gran recorrido de la cavidad que supera el kilómetro.

LAS GARGANTAS DEL RÍO TARN

Uno de los fenómenos kársticos más importante y palpables de la zona son las gargantas del Tarn. Nacidas en el monte Lozere este curso de agua ha perforado un cañón entre los Causses Mejean y Sauveterre entallando profundamente la roca calcárea, esculpiendo la dolomía y modelando un paisaje de desfiladeros, circos y el caos. Paso a paso impasible y bondadoso, suave en verano y impetuoso en invierno tras las lluvias del otoño, el río Tarn baña y en ocasiones inunda los pintorescos pueblos ribereños construidos de piedra. Desde la primera mitad del siglo XIX los primeros viajeros como Alfred Martel y Louis Armand descubrieron esta tierra y la dieron a conocer gracias a sus publicaciones. Tras la apertura de la ruta que transita de las poblaciones de Florac a Rozier, acabada en 1906, ha sido un lugar frecuentado cada año por un mayor número de visitantes.

Es en Septiembre de 1883 cuando Eduard A. Martel se halla cara a cara con las gargantas del Tarn, un fenómeno por aquel entonces todavía inexplicado por los geógrafos y poco conocido por los lugareños que pensaban habitar un “mal país”. A bordo de una canoa rudimentaria descubriría sus maravillas naturales, arcadas, pináculos de piedra y precipicios. Conquistadas las gargantas del Tarn, Alfred Martel se convertía en un ferviente promotor gracias a sus obras. Decididos a recorrer como antaño lo hiciera el fundador de la espeleología moderna, comenzamos de descender el río en unas rudimentarias barcas que actualmente se fabrican en plástico y se llaman piraguas con el deseo de poder contemplar sus circos de piedra y arcadas al igual que observar el paisaje modelado por la mano del hombre con sus construcciones de piedra y sus puentes de hierro de principio de siglo. Gracias a la suavidad y placidez de sus aguas contemplamos las arcadas de piedra situadas a más de 40 de altura y sus grutas desde la que surgen pequeñas cascadas que engrosar el caudal del río. Grandes gargantas, tortuosas y esculpidas como a golpe de cincel dejan paso a playas rocosas cuyas orillas han sido colonizadas por castaños y álamos. Tras una larga sucesión de rápidos con tablas donde el agua remansa, alcanzamos las gargantas de la Jonte y zona donde la cantidad de agua no nos permite seguir sobre nuestras barcas por lo que retornamos hasta llegar a una de los grandes remansos para poder zambullirnos en unas plácidas y frías aguas.